viernes, 25 de septiembre de 2009

Sociedad extra

Después de una ausencia por una gran cantidad de trabajo vuelvo a mi blog para hablar de un tema que ha sido una constante en mis últimas conversaciones.
El amarillismo que poco a poco ha ido tomando auge en este país no es solamente algo de lo que uno se burla por sus titulares absurdos o por las mujeres que salen "adornando" sus páginas. Los periódicos y la televisión nos bombardean día a día con noticias de muertes, violaciones, violencia domestica y choques a un punto en que la sociedad se ha llegado a insensibilizar y donde el morbo reina ante toda crueldad. He visto casos en que si no se murió alguien o no ponen la foto de la persona cubierta de sangre "no tiene gracia" ¿Donde está la sensibilidad de una sociedad, el respeto y la humanidad?. Estoy consiente de que obviamente no vamos a tener una depresión cada vez que veamos noticias pero no podemos permitir que nos volvamos inmunes ante estas situaciones.
Hace un par de meses tuve que ver un accidente fatal, ahí por la entrada a Guadalupe un motociclista se había amputado la pierna en el bumper de un carro, nunca había visto nada igual y la verdad me dio mucha tristeza al ver esa escena y pensar en él y su familia. Pero creo que lo que más me sorprendió fue ver que las personas que estaban a su alrededor estaban como en una reunión de té, indiferentes ante la escena tan impactante que estaba frente a ellos y al parecer lo único que los unía a ese lugar era el compromiso de esperar mientras llegaba la ambulancia. Uno se deja de sorprender de lo que es capaz el ser humano y entre más terrible sea el acto más ventas o televidentes tendrá ese día el medio. Tan feo el morbo pero como vende.

3 comentarios:

Pablo Vargas dijo...

Buen post, buen regreso. Sin duda es increible hasta que punto nos hemos des-humanizados. El dolor ajeno no es más que una sensacion extraña que no nos impulsa ni nos mueve.

Saludos! Un gusto pasar por acá...

Eduardo dijo...

Bueno, pero, ¿qué quería qie hiciera la gente? Si se ponían a entrar en pánico hubiese sido peor.

Por lo menos se quedaron.

L O L A dijo...

Hay una gran diferencia entre prudencia e indiferencia