lunes, 18 de agosto de 2008

34 Km

Recorrer todos los días de yugo 34 kilómetros te da la oportunidad de descubrir el mundo sin maquillaje, acabado de levantar y con rulos. Este es un tipo de sinopsis sobre la película en que todos actuamos, llamada mundo, un mundo al desnudo que observo todas las mañanas con unas cuantas lagañas en sus ojos. Bienvenidos al show, sientense y disfruten la función.
Empiezo por montarme en el bus de Paraíso, pero esto es irrelevante porque durante ese recorrido estoy con las babas de fuera en la posición más cómoda que he encontrado para dormir en un bus, así que saltemos al siguiente capítulo.
Son las 8 am y me adentro en esta selva urbana, inicio mi camino en Cuesta de Moras, paso los malos olores del Más por Menos y esquivo al niño indigente que hay en la acera para evitar caer en su mano (o lo que queda de ella), me agacho para evitar el sombrillazo de la tipa que ni me volvió a ver para hacer una mueca que significara "Perdón (la próxima si te doy)". Mientras camino rápidamente entre una manada de gente me doy cuenta que la gente camina como yo: rápido, como si no hubiera tiempo de nada, sin mirar a su alrededor, sin importar nada más que llegar lo más pronto posible a su destino. Lo peor del asunto es que al analizar sobre ello, esa es la forma en que camino todo el tiempo, en una tienda, por mi casa, en un mall, en el trabajo...WTF!? soy una hija del capitalismo!!! mi proporción de pasos es igual a tiempo=dinero...(no no me hace feliz gracias continuemos).
Después de este escalofriante episodio llego a la esquina del tío Sam, gracias gringos norteamericanos, machitos tontos por evitar el hambre en mi país, por ser tan compasivos y dignarse a venir a tiquicia a darnos limosnas y ver a todas nuestras mujeres con un rotulo que dice $100 por hora (Aplican restricciones si ud es feo y extra extra extra gordo), si señores y señoras llegue a la esquina del Balmoral donde en sus cafecitos se encuentran en todo su esplendor los gringos con sus caras pálidas y distraídas tratando de analizar los monillos que tienen a su alrededor. Si esta es la escena en que subo el volumen de mi música y sigo con mi caminar capitalista (en este momento más que nunca) y musicalizo la escena para que así sea más fácil de digerir. Oh San José llenó de basura, vacas dañadas, indigentes y olores penetrantes! Tenía que ser la capital de Ticolandia porque demuestra al 110% nuestra cultura (o falta de ella).
El final de mi historia es en el bus de Cementerio-Sabana, con mis samueleos a la cartelera de Cinema 2000 y su Colegiala 483 y Latinas vírgenes ardientes picantes en aceite de oliva, avenida 10 en todo su esplendor y maravilla de indigentes haciendo sus necesidades fisiológicas en la acera frente a la pulpe de la esquina, las barberías decoradas como hace 20 años (bueno esto es muy tuanis) y como olvidarlo el arte callejero que muy explícitamente nos dice que a los arias no se les para, que machito ama a susanita y que brayan es toa.
Si creen que vivir largo es fatal, piensenlo 2 veces, no ven el recorrido cultural que es, deberían ofrecerlo en paquete turístico 2x1.

5 comentarios:

Zepol dijo...

No hay nada como disfrutar del Circo de Chepe... jeje

Cada quien lo ve con ojos diferentes y cada uno lo mastica como mejor le sabe

Esta bueno chancletuda

Keylin dijo...

jaja nunk lo habia visto de ese modo!! jaja!!! q privilegio!! salir de tour toos los tias!!! jaja definitipamente es todo un espectaculo!

David Obando dijo...

Se nota que estás poniendo atención. Eso me gusta de vos: analítica. Sin embargo, aunque no soy Freud, veo que tu recorrido te hace sentir como que no vas a ningún lado. Eso es bueno, porque es la verdad, pues al final del día terminás por donde empezaste. Y como dicen por ahí: la vida no es una carrera con una meta, es el recorrido.

A mí en lo personal San José me sigue disgustando, pero igual sigo pasando por ahí a diario. Lo que más me molesta son sus olores, la basura expuesta y tantísimos indigentes. Los tres son problemas fáciles de arreglar (eso creo) pero como que no pasa nada. Lo increíble de todo esto, es que me convertí en todo un yogi, como en samadhi caminando sobre brazas de fuego (chepe). Al fin de cuentas, ese pequeño infierno, caótico y tumultuoso, puede ser la clave para acelerar el proceso de iluminación y cerrar de una vez por todas el ciclo de muerte y renacimiento que nos ata a este planeta azul.

La moraleja de este asunto es: si ven a una chancletuda guapa babeando en un bus de Paráiso, es nuestra chancletuda favorita en todo su esplendor! :D

L O L A dijo...

Ah que mal que no espere hasta hoy para publicar, porque cuando me baje del bus había un mae vendiendo pelis piratas y otro tipo le compraba pornos. Osea venta porno a las 8am en plena acera! Este mundo está loco!!

Jen dijo...

jajaja mile muy cierto lo de los samueleos en el cinema 2000, yo tambien es que no se pueden evitar, para ver que es la vara :)